lunes, 20 de diciembre de 2010

Polvorones de la abuela.




  
 Se que estamos en Navidad porque no dejo de ver cientos de anuncios de turrones en la tele... porque la gente esta de aquí para alla comprando regalos... porque me han puesto tantas luces en el Ayuntamiento que parece que la fachada no va a aguantar tanto peso... porque la gente comienza a despedirse hasta la vuelta de vacaciones (los que se vuelven a la Peninsula, claro)... porque en todos los blogs que sigo no aparecen sino magníficas recetas de polvorones, turrones, mantecados, panetones... Vamos, que SE QUE ESTAMOS EN NAVIDAD. Pero todo eso es un decir, porque yo tengo UN CALOR, que no es normal... En fin, quería hacer ese apunte climatológico (y no es porque como decía la Sra. Daschwood (de Sentido y Sensibilidad), no tenga nada de lo que hablar).

 Aparte del calor, como ya digo, si que se huele la Navidad. Por ello, he desempolvado el recetario de la abuela (auténtica motivación del inicio de este blog) para ver que podía hacer. Tras mucho rebuscar, he podido encontrar varias recetas para esta época del año, y me he animado con una.

 Muy al contrario de lo que suele ser habitual, en este caso venían las cantidades precisas (MILAGRO) y no venía ninguna de esas expresiones que me cabrean tanto como, "calentar hasta que tenga el punto", "harina la que lleve", "azucar al gusto". Además, y para terminar de hacerme muy feliz, tampoco aparecen unidades de medida "extrañas", como las onzas, etc... Total, que esta receta era perfecta para mi.

 La receta no es tal cual la de mi abuela, fundamentalmente porque supuse que quedarían bastante sosos... así que me decidí a darle un poco mas de alegría añadiendo almendras y canela. No obstante, y como me pareció muy curiosa, aquí transcribo literalmente la receta:


 "Polvorones

 Lleva la misma cantidad de azucar y manteca y el doble de harina. Se bate bien la manteca con el azucar y luego se le va añadiendo poco a poco la harina y se hacen los polvorones, y se llevan a un carpeto untado en manteca."

 La receta no tiene desperdicio, ni medidas, ni grados centígrados, ni tiempo, ni "na de na"... Al final, y como digo, tras ponerle un toque mas navideño, quedó la receta como sigue:


POLVORONES DE LA ABUELA

 Ingredientes:
  • 750 gr de harina.
  • 375 gr de azucar glas.
  • 375 gr de manteca de cerdo.
  • 150 gr de almendras en cubitos.
  • 1 y 1/2 cucharadita de canela  molida.


 Elaboración:

 En primer lugar, introducimos la harina en el horno, precalentado a 140ºC unos 40 minutos aporximadamente. Debemos tener cuidado no se queme la harina, así que lo ideal sería moverla de vez en cuando un poco (de esta manera se "seca" de manera homogénea).

 Sacamos la harina del horno y la dejamos enfriar.

 Aparte, batimos la manteca con el azucar glas (podemos emplear azúcar normal, pero el resultado final es mucho mas satisfactorio con el azucar glas). Una vez bien batido todo, podemos agregarle la almendra y la canela molida.



 Agregamos mientras batimos la harina poco a poco. Una vez sea dificil trabajar con la batidora (salvo las y los suertudos que tengan un aparato en condiciones), podemos terminar de mezclar a mano.

 La masa final será maleable y quebradiza, así que paciencia  la hora de trabajar. Extendemos la masa con rodillo (mejor entre dos papeles sulfurizados, así no añadimos mas harina a la masa), y cortamos con el molde de nuestra elección.

 En horno precalentado a 200ºC introducimos los polvorones durante unos 20 minutos. Es MUY, PERO QUE MUY IMPORTANTE, no pasarse del tiempo, o nos quedarán unos polvorones duros, y eso.... NO SON POLVORONES.


 Fuente: Recetario de la abuela, más algo de mi cosecha.

 Veredicto: Sinceramente, con algo de cariño y tiempo, no hace falta irse a comprar estas cosas al super... Este año gracias a todos vuestros blogs, me pienso hacer mi propia repostería navideña. :)

jueves, 16 de diciembre de 2010

Turrón tipo "jijona"



 Ahí vamos, directos hacia las tan merecidas vacaciones de "invierno". Por mi trabajo, tengo vacaciones siempre en Agosto, Navidades y Semana Santa, así que como digo, me encamino con muchísimo gusto hacia un par de semanas si no de descanso, si de menor carga de trabajo. 

 Tal y como prometí en mi anterior post, y cumpliendo los deseos de María, encantadora autora del blog http://recetinesasgaya.blogspot.com/, quien me pidió que contara la historia para animarse un poco, aquí va la historia del turrón. 

 Hará cosa como de un año, viendo el canal cocina, más concretamente el programa "dulces navideños", de la cocinera Angelita Alfaro, me quedé prendado de este turrón que ella llama de Jijona. Yo no me atrevo a tanto, y le llamo turrón "tipo" Jijona, porque entre otras cosas, me imagino que algo tendrá que ver lo de la denominación de orígen, y que además seguirán otra receta o método de preparación. 

 En fin, que me propuse ya el año pasado hacer un turrón casero para deleitar a mi hermano, que reeditaba el momento "vuelve a casa, vuelve", a mis padres, hermana y pareja. El caso es que no se por que razón, me empeñé en buscar una receta de turrón, que encontré en un libro de monjas que tengo en casa desde hace una eternidad.

 La primera intentona fue TERRORÍFICA. Seguí los pasos tal cual indicaba la receta de las antedichas Hermanas, respetando pesos, tiempos y técnicas, y al final me resultó una pasta de aspecto un tanto extraño. Yo pensé... bueno, ya se pondrá mejor cuando repose... Creo que se pasaron en la nevera como tres o cuatro meses... y su aspecto no mejoró ni un ápice. El día de Navidad, saqué una de las tabletas (encima, me salieron TRES tabletas, que ahí es nada), y al intentar cortarla, aquello parecía hormigón armado... Un DESASTRE. Por tanto, mi primera experiencia con el turrón casero terminó en CATÁSTROFE TOTAL.


 Ya estas navidades, y tras olvidarme de esa primera y nefasta experiencia, me decidí a intentarlo de nuevo. En casa tenemos un thermomix que tiene que tener al menos 28 o 30 años... Y claro, con esa edad, estamos nosotros fantásticos, pero un electrodoméstico, como que ya no tira tan bien. Pues entre que molía las almendras, y luego lo metí todo para hacer la mezcla... No quedó para nada homogéneo... Además, y esto si que confieso fue problema mio... NO TOSTÉ LAS ALMENDRAS... Y se me ocurrió la brillante idea de meter el turrón en el micro. NOOOOOOOO! Aconsejo a las y los lectores que no hagan esto... muy mal... Quedó una pasta poco compacta y de aspecto extraño. Y yo pensé... bueno, quedará mejor cuando repose... Idem del año anterior, una tableta dura como el perdenal que además tenía un sabor raro... Segunda experiencia INSATISFACTORIA.

 Esta semana pasada, y ya con la receta de Doña Angelita Alfaro, y con los cinco sentidos (o los que me queden) en su sitio, me propuse hacer la receta... Bueno, solo puedo decir que al final, cuando terminé de triturar y mezclarlo todo bien, tenía un aspecto mucho mas esperanzador, y dicho sea de paso, no me vi en la necesidad de decir eso de... quedará mejor cuando repose.

 La úncia pega que puedo ponerle a la receta es que el azúcar (es una sensación muy ligera) se nota un poco... En mi próxima intentona (no dirán que no soy cabezón) pienso pesar el azúcar y luego molerlo con la thermo, para dejarla tipo azucar glas... A ver que tal queda (espero que quede bien, y no tener que volver a decir eso de ... quedará mejor cuando repose).

 Bueno, tras la historia, aquí dejo la receta.

TURRÓN TIPO "JIJONA"




Ingredientes:
  • 300 gr de almendra tostada.
  • 130 gr de azúcar.
  • 30 gr de miel.
  • 50 gr de cobertura blanca.


Elaboración:

 Ponemos todos los ingredientes en un robot de cocina (tiene que ser potente o de lo contrario no quedará bien molido). Debe quedar una pasta compacta.

 Una vez molido todo, ponemos en un molde un papel film, y vertemos la mezcla encima. Debemos apretar bien la mezcla, para que quede compacta y plana.

 Dejamos el turrón un par de días en la nevera. Podemos sacarlo tirando del film.




 Fuente: Canal Cocina. Programa de "Dulces Navideños". Cocinera Angelita Alfaro.

 Veredicto: Desde luego, y vista mi experiencia con los turrones tipo "jijona", este es el mejor. Trataré de mejorar un poco la receta y espero obtener mejores resultados.

domingo, 12 de diciembre de 2010

Galletas griegas de mantequilla



 Las NAVIDADES ya están aquí! Mi madre! Cuando esta mañana me confirmaron que mi hermano estaría en casda este próximo Domingo 19, casi ni me lo creía. En fin, que ya estamos en fiestas y yo casi sin enterarme... Y no será porque R. no se ha cansado de llevarme de tiendas, a ver las luces de la Calle Mayor de Triana, a ver el Belén de arena de la playa de las Canteras, el arbol de Navidad mas grande de Canarias, etc... No se, igual estaba yo como en el cole, el instituto o la universidad, cuando te ponían un trabajo para una fecha determinada, y dos días antes, ante el comentario de alguien, te quedabas alucinado pensando en todo lo que faltaba por hacer... Bueno, me dejo de rollos...

 El caso es que esta Navidad me he propuesto crearme algo de ambiente a base de cocina. No se si lo publicaré, pero digo con orgullo, que tras tres intentonas fallidas he dado a luz el primer turron tipo "xixona" (porque de xixona auténtico no es) casero. Digo tercera intentona porque la historia tiene guasa, y si lo publico, ya la contaré. También tengo otros muchos dulces navideños en la cabeza, que como hay tanto convite, tanta fiesta y reunión familiar, podré hartarme a cocinar sin atiborrar a los mios...

 Bueno, vuelvo a la receta. Antes de rendirme a las típicas recetas que inundarán todos nuestros blogs este proximo mes (mas o menos), me voy con una receta que es francamente única. Se trata de unas galletas que tienen asegurado un lugar en el olimpo del dulce, y que a todo el mundo gustan. De hecho, cuando quiero llevar algo a alguna reunión con la absoluta certeza de triunfar, siempre me acuerdo de ellas.

 Aqui les dejo la receta.



PASTAS GRIEGAS DE MANTEQUILLA

Ingredientes:
  • 225 gr de mantequilla.
  • 50 gr de azucar glas.
  • 1 yema de huevo.
  • 1 cucharada de Ouzo o Brandy.
  • 350 gr de harina.
  • 120 gr de almendra molida.
  • Azucar glas extra para espolvorear.


Elaboración:

 Precalentamos el horno a unos 180ºC.

 Ponemos la mantequilla en pomada en un cuenco junto con el azúcar glas. Batimos hasta obtener una mezcla blanquecina y espumosa. Añadimos la yema de huevo, el Ouzo (o Brandy), la harina y la almendra, y lo mezclamos bien hasta obtener una masa homogénea y consistente. Podemos terminar de ligar la masa con las manos. Se trata de una masa que es muy facil de trabajar y que apenas mancha.

 Porcionamos la masa en pequeños trozos. La receta original habla de 24 trocitos (y habla de formar un rulo y cortar). Yo en cambio, dada la facilidad de trabajar con esta masa, prefiero hacer bolitas cogiendo pellizcos de la mezcla y redondeándolos.



 Colocamos las bolitas en una placa de horno con un papel sulfurizado, y las aplastamos ligeramente (me gusta que quede como el huequillo del pulgar).

 Llevamos al horno unos 15 minutos. Han de quedar muy ligeramente doradas (debe ser un dora muy, pero que muy ligero). Dejamos reposar las pastas unos cinco minutos sobre la placa, puesto que calientes son bastánte frágiles. Transcurrido el tiempo las trasladamos a una rejilla, pasándolas antes por azucar glas.

 Podemos guardar en una lata con azucar glas espolvoreado por encima. Pero dudo mucho que aguanten mucho rato en la lata, son un auténtico vicio.



 Fuente: No lo encuentro. Se trataba de un libro de comida griega que mis Sres. Padres me trajeron de uno de sus viajes, pero no hay forma... y eso que llevo tiempo rebuscando en casa... En fin, ya aparecerá.

 Veredicto: Todo el que la ha probado ha dicho maravillas de estas pastas griegas. Son una especie de mezcla entre un mantecado y una galleta, pero con el regusto de la almendra. Recomiendo encarecidamente esta receta, que además es muy, pero que muy sencilla de trabajar con niños, dado que es una masa manejable y bastante limpia.


martes, 7 de diciembre de 2010

Chocolate cheesecake



 Ufffff! No se ni por donde empezar. Llevo unas semanas que no paro! Esta ausencia no se ha debido (quien pudiera) a un viaje de placer, o a una semanita de sosiego en ninguna de las playas de Gran Canaria. Simplemente he tenido tanto trabajo que me ha sido imposible buscar un hueco para este espacio que tanto me gusta.

 Aunque no he podido publicar, si que han pasado algunas cosas. De momento, y para no aburrir al personal, diré que mi hermana, la Señorita Y., fue de viaje a Londres, y como me conoce perfectamente bien, y a modo de detalle, me regaló unos cuantos libros. Siempre es de agradecer que se acuerden de uno, y más aún si el regalo es un libro de cocina (ya nos e donde meterlos, pero me encantan). Uno de esos libros venidos de Londres, me ha llamado poderosamente la atención, se trata de "The hummingbird bakery cookbook" de la editorial Ryland, Peters & Smalls. Desconocía tanto el libro, como la cadena de pastelerías del mismo nombre. Al parecer, y según me cuenta mi hermana, tenían unos cupcakes tremendos... Habrá que ir a Londres, digo yo, aunque sea por comer unos cuantos de esos deliciosos cupcakes o traerse mas libros.

 La tarta, como no, terminó en la fiesta de cumpleaños de una de las tias de R. (es que son legión, y los cumpleaños están todos repartidos en el año), y según me cuenta, fue muy bien acogida.

CHOCOLAT CHEESECAKE



Ingredientes:
  • 900 gr de questo crema.
  • 190 gr de azúcar.
  • 1 cucharadita de extracto de vainilla.
  • 4 huevos.
  • 200 gr de chocolate negro.
  • 200 gr de galletas.
  • 2 cucharadas de cacao.
  • 150 gr de mantequilla sin sal.
Elaboración:



 Precalentar el horno a 150 ºC.

 En primer lugar trituramos las galletas y las mezclamos con el cacao. Mezclamos con la mantequilla derretida. Ponemos esta mezcla en el fondo del molde de tarta, usando la mano (o una cuchara) para extenderla y comprimirla. La ponemos en la nevera mientras hacemos la crema.

 Ponemos el queso crema, el azúcar y el extracto de vainilla en la batidora, y mezclamos a velocidad baja hasta que adquiera una consistencia cremosa y suave. Agregamos los huevos de uno en uno, asegurándonos que esten bien integrados antes de incorporar el siguiente. Si queremos que la mezcla quede más ligera aún, podemos subir la velocidad (pero sin pasarnos, no batamos la mezcla mas de la cuenta) una vez hayamos agregado todos los huevos (yo no lo hice).

 Derretimos el chocolate (al baño maría o en el microondas) y lo dejamos atemperar un par de minutos. Agregamos unas dos cucharada de la mezcla de queso en el chocolate y batimos. Incorporamos el resto de la crema y mezclamos hasta que quede homogénea.

 Sacamos el molde de la nevera, y ponemos la mezcla cremosa sobre la galleta. Ponemos el molde dentro de un recipiente con agua (debe cubrir 2/3 partes del molde), y lo llevamos al horno de 40 a 50 minutos. Debemos tener ojo una vez transcurran los primeros 40 minutos, poniendo especial atención en que no se queme la mezcla. No debemos cocinar mas de la cuenta, de hecho, debe quedar un poco suelto en el centro. 

 En mi caso, y como se debe hacer con una buena tarta de queso, apagué el horno y la deje dentro una media hora, tras lo cual, la deje enfriar por completo en la encimera. Una vez fria del todo, la llevé a la nevera.

 La receta recomienda que se cocine la noche anterior, a fin de que repose en la nevera.



 Fuente: El libro "The hummingbird bakery cookbook" de la editorial Ryland, Peters & Smalls.

 Veredicto: Una tarta deliciosa, un clásico, pero sin lugar a dudas con un giro mas adulto. No es la típica tarta de chocolate infantil, se trata de un sabor algo mas complejo y no sabría definir bien... si bueno, ya lo he dicho, adulto.

domingo, 28 de noviembre de 2010

Turbantes del Sultán



 Bajo el sugerente nombre de la receta de hoy, se esconde un postre que me ha sorprendido muy gratamente. La historia es sencilla, hará cosa como de un año y un par de meses (o así), mis padres a la vuelta de un viaje por el mediterráneo, me regalaron, entre varios libros, uno de cocina turca (ellos si que saben que regalarme). Casi todas las recetas tenían una pinta fantástica, pero hubo una, que me sedujo instantáneamente. A pesar de quedarme largo rato mirando la fotografía y leyendo la receta, quizás por la descripción de la elaboración, un tanto "rara" no me atreví a hacerlo. Y ahí quedó la cosa, ya me había olvidado por completo de los famosos turbantes, hasta que, lo que son las cosas, el pasado viernes, mi amigo y compañero de trabajo A. me invitó a una cena "árabe" en su casa. Pues como por arte de magia, y al pensar en que llevar, me vino a la mente aquella receta, así que desenpolvé el libro, y "voilá".

 La cena fue deliciosa (y no lo digo solo por el postre), la compañía mas que amena y terminamos a las tantas de la madrugada dando un paseo. Ni que decir tiene que A. al final cambió la receta principal de la cena, y terminamos comiendo un curry de polló (nos fuimos culinariamente mas hacia oriente, desde el norte de Áfica hasta la India).

 Los turbantes resultaron ser una versión muy particular del típico baklavá, aunque de presentación mucho mas original. Si me dan a elegir no sabría con cual querdarme... 

 Aquí va la receta.



TURBANTES DEL SULTÁN

Ingredientes:
  • 1 paquete de pasta filó.
  • 185 gr de mantequilla sin sal.
  • 250 gr de nueces picadas.
  • 50 gr de avellanas.
  • 6 cucharadas de azucar.
  • 1 cucharadita de canela en polvo.
Ingredintes para el almíbar:
  • 450 gr de azúcar.
  • 375 ml de agua.
  • 1 cucharada de zumo de limón.
  • 1 rama de canela.
  • 2 clavos.


Elaboración:

 Precalentamos el horno a 180ºC.

 Picamos las nueces y las avellanas, pero sin llegar a pulverizar. Mezclamos los frutos secos picados, el azúcar y la cucharadita de canela.

 Colocamos dos hojas de pasta filó (una sola quedaría muy delgada) sobre la superficie de trabajo. Pintamos la cara superior de la hoja con la mantequilla sin sal derretida. En la parte inferior de la hoja, dejando unos dos centímetros, hacemos una línea (unas dos o tres cucharadas de relleno) dejando también una separación de un par de centímetros a los lados. Enrollamos la hoja apretando ligeramente para que no se quede el relleno demasiado holgado (pero sin que tampoco quede tan tirante que se parta cuando le demos forma). Una vez enrollado del todo, debe quedar como un cigarro muy grande. Tomamos un extremo y lo plegamos dándole la forma al turbante.



 Una vez hayamos hecho todos los turbantes, los ponemos en una placa de horno con papel sulfurizado, asegurándonos de apoyar el final contra el borde de la placa (para evitar que se abran los turbantes). Pintamos los turbantes con la mantequilla que nos haya sobrado.

 Los horneamos a 180ºC unos 25 a 30 minutos. Deben quedar dorados y crugientes. Mientras los tenemos en el horno, hacemos el almibar.



 Calentamos el agua y el azúcar en un cazo a fuego medio. Una vez se haya disuelto el azúcar, lo llevamos a ebullición, y agregamos el zumo de limón, la canela y el clavo, y lo dejamos hervir sin tapar unos 15 minutos. Lo retiramos del fuego, lo colamos y desechamos los ingredientes sólidos.

 Bañamos los turbantes con el almibar y los dejamos enfriar del todo.



 Fuente: La idea y la receta original son del libro "Para hoy cocina Turca" de la editorial Parragon. Yo le hice un par de modificaciones, como por ejemplo sustituir la masa hojaldrada por pasta filó (me parecía mas adecuado) y agregar las avellanas (en vez de poner únicamente nueces). Estoy seguro que el agua de azahar y cambiar las almendras por pistachos también darían como resultado unos turbantes fantásticos.

 Veredicto: Un postre que está a la altura de su nombre. Se trata de una combinación deliciosa entre el crugiente de la pasta filó y las nueces y las avellanas de su interior. Evidentemente es muy dulce, pero el sabor es tan intenso que lo compensa perfectamente. Un dulce PARA NO OLVIDAR.



martes, 23 de noviembre de 2010

Galletas de avellanas y chocolate blanco



 Hace ya unas cuantas entradas inicié, sin quererlo, un debate relativo a como vivimos las Navidades cada uno de nosotros. Aparecieron aquellos que como yo, tenían ganas de que pasaran lo antes posible, y aportaron también sus comentarios los mas pro-navideños. Pese a lo dicho en aquel post, y permítame cambiar un poco de opinión, y por ende, ser 100% humano, parece que me voy animando con esto de las fiestas. No pienso decir (porque no sería verdad) que me ha entrado el espíritu navideño, fundamentalmente porque soy ateo, pero si que puedo afirmar sin miedo a faltar a la verdad, que R. me ha llevado a un punto intermedio entre el Sr. "Scruge" y un niño en la mañana de Reyes. Es decir, ya no me transformo en Anti-Navidator ante la visión de las luces o de las tiendas engalanadas o de los cientos, cientos y cientos de personas que abarrotan las zonas comerciales. Bueno, miento como un bellaco, de eso si que me voy a quejar, que lo de las aglomeraciones no lo soporto sea Navidad, Semana Santa, el día del Pino, la Rama de Agaete o la fiesta de la Lucía Sueca.

 Retomando mi "evolución" (si se le puede llamar así) hacia ese punto intermedio, reconozco que tiene también mucho que ver con el regalazo que tanto R. como mi familia me van a hacer... que no es otro que mi "ayudante de cocina" (como dice Cova). Se trata de esa "stand mixer" que ya he encargado en unos grandes almacenes, y que tiene que estar a punto de llegar.

 Tal y como sucecía cuando era un chiquillo, lo malo del asunto es que voy a tener que esperar, portándome muy bien (cosa que imagino biene implícita en el contrato), hasta la mañana de Reyes. Por buscarle un lado positivo, aparte del tremendo maquinón que me llevo a casa, es que este año aciertan seguro...

 Pues nada, entre la contribución al bien de la humanidad de R., y mi propio arranque consumista, heme aquí esperando el día de Reyes. VIVIR PARA VER. 

 Volviendo al tema culinario, "que es a lo que hemos venido", aquí presento una receta fantaaaaaaastica. Son unas galletas de mantequilla y chocolate blanco, con el remate de una avellana en todo lo alto. Terminaron en una fiesta a la que fue R. y según sus amigos (y el mismo claro), fueron vistas y no vistas... exito total. 

 Ahí va la receta. 




GALLETAS DE AVELLANAS Y CHOCOLATE BLANCO

Ingredientes: 
  • 125 gr. de mantequilla.
  • 125 gr. de azúcar.
  • 2 yemas.
  • 155 gr. de harina de repostería.
  • 110 gr. de harina de maiz.
  • 40 gr. de chocolate blanco.
  • 1 pizca de bicarbonato.
  • Avellanas.



Elaboración:

 En primer lugar batimos la mantequilla a punto de pomada con el azúcar. Una vez adquiera un tono blanco y espumoso, añadimos las yemas, la harina tamizada y una pizca de bicarbonato. Trabajamos primero con una espátula de madera y luego con las manos. Se trata de una masa muy manejable y no excesivamente pegajosa. Debemos terminar con una masa homogénea.

 Envolvemos la masa en un film transparente y lo dejamos reposar en la nevera por espacio de una hora. Transcurrido ese tiempo, la sacamos y añadimos el chocolate blanco troceado pequeñito, y volvemos a meterla en la nevera por espacio de media hora.



 Sacamos de la nevera, y extendemos la masa entre dos papeles sulfurizados (o de la manera tradicional, poniendo algo de harina sobre la superficie de trabajo). Recortamos con los cortapastas. Decoramos con una avellana en el centro de cada galleta.

 Ponemos las galletas en una bandeja, preparada con papel sulfurizado, y las llevamos al horno, precalentado, a 170ºC durante unos 20 minutos o hasta que esten ligeramente doradas. Dejamos enfriar sobre la bandeja del horno unos 5 minutos y luego las pasamos a una rejilla hasta que se enfríen del todo.



 Fuente: La receta es del libro "Chocolate, pensamientos, palabras e idéas golosas" de la editorial Desiderata.

 Veredicto: Indudablemente unas galletas deliciosas. Lo curioso ha sido que todo el mundo descubría a la primera que llevaban mantequilla, pero nadie supo dar con ese toque tan rico y que no sabían identificar. Se trata del chocolate blanco. Una receta estupenda y que no defrauda. Ya me dirán si lo hacen en casa.

sábado, 20 de noviembre de 2010

Brioche relleno de nutella


 Finalmente, y tras mucho tiempo de reflexión y ayuda por parte de R. me he decidido por una de las "stand mixers" (batidora de pie) que ya comenté hace unos cuantos posts. No voy a desvelar por cual de ellas me he decantado... tendrán que esperar hasta que la tenga en mi poder, pueda hacerle una fotografía y aparezca en su propio y flamante post, que al fin y al cabo, con los quebraderos de cabeza que me ha causado, se lo merece.

 En cuanto a la receta de hoy, sigo a vueltas con la Sra. Child, su brioche, y las ideas que se me van ocurriendo para exprimir esa maravillosa receta. En esta ocasión, el concepto era sencillo, adaptar a un brioche esos bollos que de niño y adolescente me comía (siguen existiendo, claro, pero no me los como, además no se si estarán tan buenos) y que estaban rellenos de chocolate. Claro está, que como ya habrán leido en el título del post, no se trata de chocolate corriente y moliente, me he decidido por usar "nutella" (y no nocilla, lo siento, se que es producto patrio, pero prefiero mil veces el "transalpino"). Así que, aqui tienen mi versión del tradicional bollo relleno de chocolate. Si es con solo olerlo, de golpe vuelvo a estar en casa, recien vuelto del colegio y ya libre del uniforme, y a eso de las seis de tarde, sentado en el suelo y plantado delante del televisor, disfrutando como un enano de "con las manos en la masa"... 

 Aquí va la receta.



BRIOCHE JULIA CHILD RELLENO DE "NUTELLA"


Esponja:
  • 85 gr de leche entera.
  • 20 gr de levadura fresca.
  • 1 huevo.
  • 360 gr de harina de fuerza.
Brioche:
  • 120 gr de azúcar.
  • 5 gr de sal.
  • 4 huevos.
  • 200 gr de harina de fuerza.
  • 170 gr de mantequilla.
Relleno:
  • 1 bote de "nutella".
Brillo:
  • 1 yema de huevo.
  • 2 cucharadas de leche.



Elaboración:

 Se trata de una elaboración idéntica a la de la receta del brioche de Julia Child que publiqué  a principios de octubre de este año, y cuyo link es este: http://chocolatrepublic.blogspot.com/2010/10/brioche-julia-child.html.
 No obstante, y para los mas comodones, voy a repetir los pasos. En primer lugar nos ponemos con la esponja, vertemos la leche templada y deshacemos en la levadura fresca. Hay que tener mucho ojo con la temperatura de leche, porque si escaldamos la levadura, luego ya no nos levará y terminaremos con un brioche birrioso. Disuelta la levadura, unimos el huevo batido y mezclamos. Agregamos 180 gramos de harina y trabajamos con la batidora o amasadora entre 4 y 5 minutos. Paramos la máquina y espolvoreamos sobre la esponja el resto de la harina, esto es, el resto de los 180 gr restantes.
 Dejaremos levar entre 30 y 45 minutos (en mi caso 45 minutos). En este tiempo, la harina que está por encima de la esponja terminará por agrietarse, dejando entrever la masa.
 Para la elaboración de la masa, a la esponja le añadimos el azúcar, la sal, los huevos batidos y 180 (de los 200 gr) de harina. Trabajamos unos 20 o 25 minutos con la batidora o amasadora. La masa resultante ha de soltarse de las paredes. En el caso contrario, añadiremos los 20 gr de harina que tenemos reservados (en mi caso casi siempre tengo que añadirlos).

 Cuando tengamos bien trabajada la masa, agregamos la mantequilla, a temperatura ambiente, poco a poco (trata de no poner demasiada cada vez). Esto nos un rato, ya que incorporamos la mantequilla poco a poco, asegurándonos de no añadir mas hasta que la anterior esté totalmente incorporada. La masa ha de quedar brillante, lisa y elástica. Ponemos mantequilla o aceite de oliva en un bol y dejamos la masa en él.
 Como en ocasiones anteriores, podemos optar bien por dejar levar la masa unos 2 horas o 2 horas y media, y continuar con la receta, o llevarla tapada con papel film a la nevera toda la noche (un máximo de 8 horas y media, más alla no es aconsejable).
 En mi caso, y más que nada por comodidad, la dejo en la nevera toda la noche, tras lo cual, la saco y la dejo atemperar 1 hora en un lugar sin corrientes de aire.
 Tras el reposo (o tras el levado de 2 horas y media, si no hemos dejado la masa en la nevera toda la noche), o tras el atemperado de la masa, le damos forma a la masa.
 Desgasificamos ligeramente la masa, y formamos bolas de unos 80 a 100 gramos (en esta ocasión me decidí por bolas grandes).
 Una vez formadas las bolas, tomamos una a una, formamos con las manos un disco y colocamos en el centro unas dos cucharaditas de nutella (o la cantidad que se quiera, ya que el brioche creció muchísimo, y podía haber agregado mas nutella). Cerramos el disco y dejamos la parte "fea" debajo.
 Colocamos las bolitas en un molde de tarta, según deseemos. En mi caso, puse una en el centro, y coloqué el resto formando una especie de margarita.
 Dejamos levar la masa una hora en un lugar alejado de corrientes de aire y tapado con un paño por encima.
 Tras el reposo y levado, pintamos el brioche con la yema de huevo mezclada con las dos cucharadas de leche. Introducimos la brioche en el horno precalentado a 180º, función ventilador y calor arriba y abajo, los horneamos entre 20 a 25 minutos (depende del tamaño del brioche y del horno). Si se nos dora mucho, siempre podemos poner por encima un papel albal y continuar horneándola hasta que este hecho.


Fuente: La masa del brioche, del fantástico blog italiano "mollica di pane", http://mollicadipane.blogspot.com/2009/02/la-brioche-di-julia-child.html.
 El relleno, pues la idea es mia, pero la receta, evidentemente no, que es del Sr. "Nutella".

 Veredicto: Fantástico. El brioche de Sra. Child es sencillamente sobervio, e invito a todo aquel que no lo haya probado aún, a que se lance. De hecho, si no has tenido jamás experiencia con masas de brioches, esta debería ser tu primera receta, porque es un éxito seguro. En relación al relleno de chocolate, sencillamente estupendo. La combinación me ha gustado muchísimo, y como ya dije, me recuerda a esas tardes de merienda en el salón viendo la tele (mi hermano quería ver dibujos animados y yo estaba deseando ver "con las manso en la masa".

miércoles, 17 de noviembre de 2010

Mermelada de pera, naranja y chocolate.



 ¡MIERCOLES! Tanto me lié ayer martes, día en el que habitualmente publico, que al final no he podido subir nada hasta hoy. Sin lugar a dudas he entrado en esa dinámica que cuando era pequeño miraba con perplejidad y no entendía muy bien. Se trata del ciclo trabajo-dormir-trabajo-dormir-trabajo. No se cuan desarrollada y evolucionada esté nuestra especie, pero en ocasiones me parece que somos los mas tontos del planeta. En fin, filosofadas aparte, esta semana pasada, una compañera, la Srta. M., fue tan amable de regalarme una bolsa llena de productos del campo. Su padre (cuyo nombre, y por tanto inicial, desconozco), había recolectado, en la finca familiar, manzanas, peras, castañas y nueces... Baste decir que las manzanas estaban deliciosas, que las peras eran "de verdad" y no esas que compro en el super, y que son las castañas y las nueces mas deliciosas que he comido en muchísimo tiempo. Está claro que el padre de la Srta. M., quien cultiva la tierra sin pesticidas ni hervicidas, ni nada de nada, salvo agua y abono ecológico, tiene unas manos prodigiosas para esto del cultivo de frutas. 

 Con la bolsa repleta de frutas en la mano, mi cabeza comenzó a calcular que podía hacer con todo aquello. No voy a desvelar ahora las cosas tan ricas que salieron de aquel regalo, en esta ocasión solo voy a comentar una de ellas, que es, si se me permite, la mas original y atrevida de todas.

 En esta ocasión, me decidí por una estupenda mermelada de pera, naranja y chocolate.

 Aquí dejo la receta.



MERMELADA DE PERA, NARANJA Y CHOCOLATE

Ingredientes:




  • 900 gr de peras, descorazonadas y peladas.

  • 150 gr de manzana

  • Zumo de 2 naranjas medianas.

  • 1 kg de azúcar

  • 200 gr de chocolate fondant.

  • Zumo de 1/2 limón.

  • Semillas de 15 vainas de cardamomo.


  • Elaboración:
     En primer lugar, y con las frutas limpias, comenzamos a pelar y descorazonar las peras y las manzanas. Al tiempo que vamos pelando y cortándolas en trocitos no muy grandes, para facilitar la cocción, las ponemos en un bol con el zumo de limón y el de naranja. De esta forma, evitaremos que debido a la oxidación, la fruta se nos ponga negra. 
     Ponemos la mezcla de pera, manzana y el zumo en una cazuela y cubrimos con el azúcar. Le agregamos en este momento las semillas de las vainas de cardamomo molidas en el mortero.

     Ponemos la cazuela al fuego, de medio a fuerte, hasta que la fruta comience a hervir fluidamente, una vez lo cual contamos unos 10 minutos. En estos momentos debemos ir desespumando, para evitar que se nos enturbie la mermelada.
     Una vez pasen los 10 minutos, retiramos un momento del fuego, desespumamos nuevamente si hiciera falta, y agregamos el chocolate fondant. Una vez comience a hervir nuevamente de manera fluida, contamos 10 minutos más, o hasta que esté hecha. Siempre recomiendo ser un poco cauto en cuanto al tiempo de cocción, porque es muy facil terminar por pasar demasiado la mermelada.

     En este caso, las manzanas actúan de espesante, y evitamos de esta forma usar el agar-agar, pectina (que viene de la manzana) o cualquier otra substancia.

     En esta ocasión, a fin de averiguar si la mermelada estaba o no en su punto, volví a usar el truco del plato congelado. Recomiendo, para aquel que no lo conoce, leer el post de la mermelada de frutas del bosque.
     En cuanto a las técnicas de conservación de la mermelada, para nos er pesado, me remito al post de la mermelada de frutos del bosque,a sí como al de la mermelada de pera y uva.

    Fuente: Idea propia. El chocolate se lleva de perlas con la naranja, y la pera, casi que va bien con todo.

    Veredicto: No la he probado, porque voló mas rápido de lo que tardé en hacerla. Los destinatarios de los botes (que fueron solo 3, aunque bien granditos), afirman que se trata de una mermelada muy especial, con un sabor fantástico. Apto para chocoadictos.
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