martes, 24 de mayo de 2011

Segunda parte del viaje y tarta Hummingbird

 Aquí va la segunda parte del viaje, es decir, la parte alemana.

 Karlsruhe es una preciosa población de la Región de Baden-Wurtemberg (espero que esté bien escrito). Es famosa, además de por su Universidad, por un precioso palacio de verano que se hizo construir el tal Karl (que da nombre a la ciudad). El palacio tiene unos jardines, que hoy son públicos, y que no solo son inmensos, sino además preciosos. Aquí van un par de fotos. 



 Vista frontal del palacio. Se trata, como digo, de un palacio de verano de considerables dimensiones... no es desde luego una casita de playa en Fuerteventura.



 Una de las torres que coronan las alas posteriores del palacio. 


 Los impresionantes jardines del palacio.


 Vista desde los jardines de la parte posterior del palacio.

 Baden Baden viene siendo como la ITV de la gente de muchísimo dinero de esta zona. Se trata de una ciudad, que fue ya habitada por los Romanos, en la que proliferan las termas. No es desde luego el colmo de la animación,  pero tiene su encanto. Como curiosidad, uno de los anticuarios de la zona, exponía un auténtico huevo de fabergé en su escaparate (desde luego no tienen miedo a los ladrones).




 El teatro de Baden Baden.


 Esta estatua se encuentra en un pequeño parque cercado al museo romano.


 Una de las múltiples termas de la ciudad.

 Heidelberg, además del ilustre colegio alemán de Las Palmas de Gran Canaria, es una preciosa población de esta región de Alemania. Es una Ciudad que coserva un precioso casco histórico, y que además se mantiene joven y vibrante. Sus calles están atestadas de lugareños y turistas que se dejan llevar por la calle principal de tienda en tienda. La vista desde el puente es algo que no se debe dejar pasar.


 Preciosa estatua situada dentro de la Catedral de Heidelberg.


 Vista desde lo alto del puente que cruza el rio. Algunos valientes practicaban canoa... con el fresquete que hacía...

 Manheim es una ciudad de considerables dimensiones, que tiene además una prestigiosa Universidad. Además de todo ello, tiene entre su catálogo de edificios públicos, dos muy famosos, cuales son el Palacio de Invierno y la Torre del Agua. Si el Palacio de Verano nos había parecido inmenso, este ya se lleva la palma... de hecho, la Universidad está dentro... Y luego los exagerados somos los españoles... en fin...



 Vista de la entrada principal del Palacio.  


 Detalle del escudo de armas sobre la puerta de la fachada.


 Vista de la torre del agua.

 Bruchsal es una pequeña y encantadora localidad de esta región. Se trata de una visita que casi nos pasamos por alto, y es que nadie nos lo había recomendado. Al final resultó tener una joya arquitectónica, cual es su palacio, fundado por un Principe Obispo en 1720. Lo lamentable es que el palacio fue casi destruido por completo en los últimos días de la Segunda Guerra Mundial, por lo que debió reconstruirse. La restauración quedó desde luego perfecta, y es que el conjunto palaciego mantiene un aire muy dieciochesco. Como curiosidad, decir que en las diversas edificaciones del conjunto hoy en día tienen su sede el Ayuntamiento de Bruchsal, un museo de autómatas, etc. 




 Vistas desde la parte posterior del palacio. Tras las escalinastas hay fuentes, que producen juegos de agua, pero que, debido a las temperaturas, estaban cegadas.

 Pues finalizado el viaje, toca volver a la rutina, y para ello, nada mejor que una tarta. Ya conté hace unos cuantos posts que mi hermana, en su último viaje a Londres, me trajo como regalo un fantástico libro. Se trata del the hummingbird bakery cookbook, libro que no puedo dejar de recomendar, pues explica sus fantásticas recetas de una manera clara y sencilla.

 Por cierto Irmina, en este caso tampoco hay corte de tarta, y es que terminó en un cumpleaños, y no soy tan manitas como para dejarla sin que se note... en fin, ya será en otra ocasión...

 No me enrollo más, aquí va la receta.

TARTA HUMMINGBIRD



Ingredientes del bizcocho:
  • 300 gr de azúcar.
  • 3 huevos.
  • 300 ml de aceite de girasol.
  • 270 gr de plátanos.
  • 1 cucharadita de canela en polvo.
  • 300 gr de harina normal.
  • 1 cucharadita de bicarbonato.
  • 1/2 cucharadita de sal.
  • 1 cucharadita de extracto de vainilla.
  • 100 gr de piña (de lata).
  • 100 gr de nueces.
Ingredinetes del frosting:
  • 600 gr de azúcar glas. 
  • 100 gr de mantequilla sin sal.
  • 250 gr de queso crema.



Elaboración:

 Precalentamos el horno a 170ºC.

 Ponemos el azúcar, los huevos, el aceite, los plátanos pelados y machacados y la canela en la batidora y mezclamos. En mi caso uso el accesorio de pala. Una vez que estén todos los ingredientes bien incorporados, agregamos la harina, el bicarbonato, la sal y la vainilla y batimos nuevamente hasta que esté todo bien incorporado.

 Incorporamos la piña troceada y las nueces, también picadas, y mezclamos a mano.

 La receta original recomienda cocinar esta mezcla en tres moldes separados, para evitar tener que estar cortando despues el bizcocho. Como soy de natural anarka y antisistema, pues no lo hice, y reconozco mi error. Así que vertemos la mezcla en tres moldes y horneamos unos 20 a 25 minutos o hasta que salga la aguja seca. Dejamos enfriar los bizcochos en el molde un rato, para después pasarlos a la rejilla.



 Para hacer el frosting, batimos a velocidad media-baja el azucar glas junto con la mantequilla, que debe estar a temperatura ambiente. En mi caso con la KitchenAid y con el accesorio de pala, pero vamos, que vale cualquier tipo de batidora, de mano o de pie (aunque si es de mano, paciencia). Una vez esté bien mezclado todo, agregamos el queso crema (debe estar frio) de una sola vez y volvemos a batir hasta que esté totalmente incorporado. Subimos la velocidad de la batidora a medio-alto. Debemos batir hasta que esté ligero y esponjoso, como mínimo 5 minutos. Es importante no pasarse batiendo.

  Una vez esten frios los bizcochos, comienza el montaje de la tarta. Sobre la base colocamos 1/4 de la crema de queso y extendemos con una paleta o un cuchillo. Ponemos encima el segundo piso, y repetimos la operación con 1/4 del frosting. Finalmente colocamos el último de los pisos y repartimos el resto de la crema de queso por encima de la tarta y en los bordes. Para decorar, colocamos unas nueces en los bordes y espolvoreamos un poco de canela.

 Fuente: Receta extraida del libro the hummingbird bakery cookbook, que como ya he dicho, es absoluta y totalmente recomendable, un IMPRESCINDIBLE de tu biblioteca.

 Veredicto: Una tarta deliciosa. La próxima vez haré caso al Sr. Hummingbird y lo haré en  moldes, y no solo en uno... que cabreo mas gordo cortando la tarta...

lunes, 16 de mayo de 2011

Primera parte del viaje, Mademoiselle Ferber y mas...

 Hola a todos...

 Lo se, lo se... he tardado un siglo en publicar... Mis disculpas por estar tantísimo tiempo alejado de la blogosfera... Casi que mejor nos metemos en harina, ¿no?

 Como reza el título, hace poquito R. y yo decidimos hacer una pequeña escapada por mi cumpleaños. Visitamos la Alsacia (Francia) y la región de Baden-Wurtemberg (en Alemania). Aquí va la primera parte del viaje, esto es, la parte Francesa...




  Este es sin duda uno de esos viajes en los que no tienes ningún tipo de expectativa, en el que no esperas nada del otro mundo, por lo que todo lo que vas descubriendo termina siendo muy especial. Esta casa, que si no recuerdo mal se llama casa Pfeiffer, se encuentra en Colmar, una preciosa Ciudad, que es la Capital de la Alta Alsacia. Hay que reconocer que la Alsacia tiene muchísimo encanto, y que sus ciudades, ya sean las mas grandes o mas pequeñas, mantienen esa atmósfera especial, que le confiere una arquitectura tradicional muy pero que muy peculiar... tiene un que se yo, que yo que se... 





 Mulhouse es la segunda Ciudad mas grande de la región del Alto Rin (la más grande es Strasbourg). Una Ciudad tranquila y con un casco histórico envidiablemente bien conservado...  En cuanto a la primera foto, me pareció muy graciosa la idea de que la Ciudad de donde soy, Las Palmas de Gran Canaria, apenas tenía tres años de existencia cuando se construyó esa casa... increible...




 Estas dos fotografías corresponden al casco histórico de la Ciudad de Selestat, situada en el departamento del Bajo Rin. Como el resto de las Ciudades alsacianas, conserva un casco histórico espectacular, y la vida parece transcurrir plácidamente... la palabra prisa no parece estar en su vocabulario.






 Riqewihr es una preciosa localidad situada en el departamento del Alto Rin. Tiene la particularidad de conservar su muralla, torre y otras fortificaciones que datan del siglo XIII. Además, la Ciudad ha sido distinguida por la asociación Les plub beaux villages de France.




 Niedermoschwihr es una diminuta población del departamento del Alto Rin que tiene entre sus moradoras a una más que ilustre vecina. Mademoiselle Cristine Ferber es la propietaria de la bolulangerie-Patisserie Ferber, cuarta generación de pasteleros, ella ha sabido aunar la tradición con la modernidad... Entre otras cosas, sus mermeladas artesanas se venden como rosquillas en Francia, Bélgica y Japón, donde es un auténtico ídolo. Entre sus defensores a ultranza tenemos a extraordinarios Chefs, tales como Alain Ducasse, La Maison Troisgros, Antoine Westermann, y un largo etcétera. Además ha publicado numerosos libros, de los cuales, he podido adquirir dos que despertaron en mi un especial interés, Mes Confitures, así como Mes Tartes Sucrées et Salées, ambos de la editorial Payot. En la segunda foto podemos verla a ella (y dado que ya he aparecido en una foto de un blog-encuentro, a mi, claro). No puedo mas que alabar su sencillez y amabilidad, algo que desde luego uno no espera cuando se presenta por las buenas en la cocina de una repostera de fama internacional. Nada mas lejos del cliché de cocinero altivo y distante, ella no solo me recibió con una enorme sonrisa sino que además me regaló una visita guiada por su cocina, por la cava donde guarda las mermeladas y por supuesto por la tienda, y se interesó por el motivo de nuestra visita, sobre como sabíamos de ella... Como era mi cumpleaños, me regalé a mi mismo el mejor croissant que he tenido la ocasión de probar en mi vida... Además, como no podía ser de otra manera, hice alguna que otra compra, como un par de libros (volví cargado de libros, lo confieso), el molde del Kougelhopf (un postre tradicional Alsaciano), mermeladas... Toda una experiencia. Desde aquí agradezco a Madmoiselle Ferber su amabilidad y sus atenciones.




 Ribeavillé es una preciosa Ciudad del departamento del Alto Rin. Una localidad donde dar un paseo es toda una delicia. Además cuenta con un numero inusualmente elevado de nidos de cigüeñas, que andaban atareadas con sus quehaceres maternales...





 Strasbourg es una Ciudad cuyo nombre hemos oido todos. No obstante, he de confesar que la idea preconcebida que tenia de ella no se correponde en absoluto con la realidad. Es una ciudad dinámica y llena de gente... muchísima gente... Una catedral imponente con unas vidrieras que como pueden ver, son espectaculares, unos palacios que poco tienen que envidiar al de las Capitales europeas, y sobre todo, muchísimo encanto... Sin lugar a dudas ha sido todo un descubrimiento.

 En honor a Mademoiselle Ferber, la receta de hoy, como no podía ser de otra manera, es una mermelada de fresa. No he seguido la receta de su maravilloso libro Mes confitures, de la editorial Payot, sino que he hecho caso a mi Sra. Madre, que de estas cosas sabe un rato. Esta misma mermelada ha terminado en manos de mi queridísima Irmina, que me prometió hacer algo con ella... Seguro que será alguno de sus superpostres...

 Ahí va la receta.

MERMELADA DE FRESA



Ingredientes:
  • 1 kg de fresas limpias.
  • 1 kg de azucar.
  • 4 cucharadas de limón
  • 50 gr de mantequilla



Preparación:

 Lavamos bien las fresas y les quitamos el pedúnculo. Una vez limpias, las ponemos en una cazuela honda con la mitad del azucar. Encendemos el fuego a medio-fuerte hasta que alcance el punto de ebullición. Una vez comience a hervir fluidamente, contamos unos 5 minutos. En estos momentos debemos desespumar bien o nos quedará una mermelada llena de vetas. Una vez pasen los cinco minutos, retiramos un momento del fuego, desespumamos nuevamente si hiciera falta, y agregamos el limón, el resto del azucar y la mantequilla. Esta última se agrega para evitar que se produzca demasiada espuma. Una vez comience a hervir nuevamente de manera fluida, contamos entre 15 y 20 minutos.


 En este punto debemos ser cuidadosos, ya que cuanto mas permanezca la mermelada al fuego, quedará mas oscura y podemos terminar "recociendo" la fruta. Recomiendo el truco del plato en el congelador, para ver el punto de la mermelada.

 Respecto al embotado, y quizás por no ser tan repetitivo, en esta ocasión me decanté por el método mas rapido. Al finalizar de llenar los botes, que han de estar esterilizados convenientemente, los tapamos y le damos la vuelta para que se haga el vacio. No puedo decir si la conservación es la misma, dado que no queda ya ni un bote... debía estar muy buena la mermelada.


 Fuente: Receta. Mi Señora Madre.  
 Veredicto: Tal y como digo, no queda ni un solo bote, con lo que puedo afirmar sin miedo a equivocarme que estaba de rechupete.
Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...