miércoles, 8 de septiembre de 2010

Mermelada de frutos del bosque



 En un abrir y cerrar de ojos se nos fue el mes de agosto, y nos encontramos de bruces con "la vuelta al cole". Ni que decir tiene que los adultos también tenemos nuestro particular retorno a las aulas, solo que, en vez de llevar una mochila llena de libros y libretas, pues nos dedicamos a retomar nuestros quehaceres habituales.

 Evidentemente también me he tenido que enfrentar a mi particular vuelta al cole, y esta siendo TODO UN ASCO... Mira que me había propuesto hacer un post alegre y divertido, con mucha energía positiva para afrontar el tramo septiembre-diciembre, pero es que es muy dificil.

 En este estado postvacacional, me topé el sábado pasado con unos estupendos frutos rojos. Ahora pódría decir, jurar y perjurar que los recolecté con mis propias manos del campo, pero no, se trata de unos fantásticos frutos rojos congelados de una gran superficie. Ya me hubiera gustado a mi ponerle al asunto algo de atmósfera romántica del XIX, pero como no estamos en la campiña, y los frutos rojos mas cercanos que puedo localizar son los del yogurt del super, pues no ha quedado otra que afrontar las limitaciones y comprarlos congelados.

 Particularmente jamás me había enfrentado al reto de hacer una mermelada. Se trata de una de esas cosas que he visto hacer a mi madre, pero que no me había propuesto hacer yo.

 Bueno, no me enrollo, ahí pongo la receta, y que conste que yo hice doble cantidad (vi aquellos frutos congelados, a tan buen precio, y no me pude resistir).

MERMELADA DE FRUTOS DEL BOSQUE



Ingredientes:
  • 1 kg de frutos del bosque.
  • 1 kg de azucar.
  • 4 cucharadas de limón
  • 50 gr de mantequilla



Preparación:

 En primer lugar, si los frutos rojos no vienen del congelador del supermercado, habrá que limpiarlos bien y retirar cualquier rabillo o ramita que se pueda haber colado.

 Una vez limpios los frutos, ponemos en una cazuela honda los frutos junto con la mitad del azucar. Encendemos el fuego a medio-fuerte hasta que rompar a hervir. Una vez comience a hervir fluidamente, contamos unos 5 minutos. En estos momentos debemos desespumar (con una espumadera, por ejemplo). Una vez pasen los cinco minutos, retiramos un momento del fuego, desespumamos si hiciera falta, y agregamos el limón, el resto del azucar y la mantequilla. Esta última se agrega para evitar que se produzca demasiada espuma. Una vez comience a hervir nuevamente de manera fluida, contamos entre 15 y 20 minutos.



 Como yo hice doble cantidad, este segundo hervido duró algo mas, aproximadamente 26 a 28 minutos. En este punto debemos ser cuidadosos, ya que cuanto mas permanezca la mermelada al fuego, quedará mas oscura y podemos terminar "recociendo" la fruta.

 En este caso no he usado ningún tipo de espesante. Si así lo deseas puedes agregar pectina, o agar agar.

 He usado un truco fantástico, que es poner un plato en el congelador antes de comenzar a cocinar la mermelada. Una vez queramos ver el punto de la confitura, podemos sacar el plato del congelador y poner una cucharadita en el. Como enfría inmediatamente la mermelada, podemos ver que punto tiene, si es lo suficientemente sólida para nuestro gusto, o si por el contrario queremos continuar cocinándola un poco mas.



 Por aquello de evitar que la mermelada se estropee, he seguido una serie de recomendaciones que podemos encontrar en muchísimas páginas web. En primer lugar he esterilizado los botes y sus tapas, hirviéndolo todo por separado (en un cazo las tapas, y en una olla mucho mas grande los tarros). He seleccionado tarros que tengan la tapa a rosca en buen estado, y que cierren perfectamente (que no se pasen de rosca o queden flojos). Una vez hervidos, los he puesto a secar boca a bajo sobre un paño limpio (manipulándolos con unas pinzas para no quemarme). Con los tarros aún calientes, he vertido la mermelada (también caliente) dentro (cuidado con los cambios de temperatura, no sea que se nos estalle algún bote). Una vez rellenos (no se deben llenar hasta el mismo borde) limpiar las embocaduras de los botes bien, para no dejar mermelada en ellos. Los tapamos y volvemos a colocar en la olla, cubrimos de agua y hervimos unos 20 a 30 minutos. La idea es que este proceso garantiza cierta seguridad y nuestra mermelada se podrá conservar entre 1 y 2 años en un lugar oscuro y seco. De cualqueir manera, si la tapa del bote se inflara o cuando se abra tiene algo de moho, solo tienes que tirarlo a la basura (mejor prevenir).



 Fuente: Receta. Mi Señora Madre.  

 Veredicto: Según R., se trata de una mermelada con un sabor muy especial. Muy al contrario de las confituras comerciales, su sabor es mucho mas auténtico, conservando muy ligeramente ese puntito ácido de las frutas rojas. En cuanto al espesor, a mi entender quedó francamente bien, y para muestra, esta tostada.



2 comentarios:

Irmina Díaz-Frois Martín dijo...

Sin las mermeladas en la repostería estaríamos un poco perdidos, ya que se emplean en infinidades de recetas, dándole ese toque de dulzor y color.
Con tu receta, o más bien la de tu madre, es merecido decir que tiene una pinta extraordinaria y cuánta cantidad has preparado, para reserva, qué bien, eres muy listo.
Las buenas explicaciones a la hora de elaborarla, hacen que sea todo más sencillo.
Un beso y feliz día del Pino.
A R. decirle, que no sabe la suerte que tiene siendo siempre el que cata.

Anónimo dijo...

Uf! QUE BUENA PINTA

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