Karlsruhe es una preciosa población de la Región de Baden-Wurtemberg (espero que esté bien escrito). Es famosa, además de por su Universidad, por un precioso palacio de verano que se hizo construir el tal Karl (que da nombre a la ciudad). El palacio tiene unos jardines, que hoy son públicos, y que no solo son inmensos, sino además preciosos. Aquí van un par de fotos.
Vista frontal del palacio. Se trata, como digo, de un palacio de verano de considerables dimensiones... no es desde luego una casita de playa en Fuerteventura.
Una de las torres que coronan las alas posteriores del palacio.
Los impresionantes jardines del palacio.
Baden Baden viene siendo como la ITV de la gente de muchísimo dinero de esta zona. Se trata de una ciudad, que fue ya habitada por los Romanos, en la que proliferan las termas. No es desde luego el colmo de la animación, pero tiene su encanto. Como curiosidad, uno de los anticuarios de la zona, exponía un auténtico huevo de fabergé en su escaparate (desde luego no tienen miedo a los ladrones).
El teatro de Baden Baden.
Esta estatua se encuentra en un pequeño parque cercado al museo romano.
Una de las múltiples termas de la ciudad.
Heidelberg, además del ilustre colegio alemán de Las Palmas de Gran Canaria, es una preciosa población de esta región de Alemania. Es una Ciudad que coserva un precioso casco histórico, y que además se mantiene joven y vibrante. Sus calles están atestadas de lugareños y turistas que se dejan llevar por la calle principal de tienda en tienda. La vista desde el puente es algo que no se debe dejar pasar.
Preciosa estatua situada dentro de la Catedral de Heidelberg.
Vista desde lo alto del puente que cruza el rio. Algunos valientes practicaban canoa... con el fresquete que hacía...
Manheim es una ciudad de considerables dimensiones, que tiene además una prestigiosa Universidad. Además de todo ello, tiene entre su catálogo de edificios públicos, dos muy famosos, cuales son el Palacio de Invierno y la Torre del Agua. Si el Palacio de Verano nos había parecido inmenso, este ya se lleva la palma... de hecho, la Universidad está dentro... Y luego los exagerados somos los españoles... en fin...
Vista de la entrada principal del Palacio.
Detalle del escudo de armas sobre la puerta de la fachada.
Vista de la torre del agua.
Bruchsal es una pequeña y encantadora localidad de esta región. Se trata de una visita que casi nos pasamos por alto, y es que nadie nos lo había recomendado. Al final resultó tener una joya arquitectónica, cual es su palacio, fundado por un Principe Obispo en 1720. Lo lamentable es que el palacio fue casi destruido por completo en los últimos días de la Segunda Guerra Mundial, por lo que debió reconstruirse. La restauración quedó desde luego perfecta, y es que el conjunto palaciego mantiene un aire muy dieciochesco. Como curiosidad, decir que en las diversas edificaciones del conjunto hoy en día tienen su sede el Ayuntamiento de Bruchsal, un museo de autómatas, etc.
Vistas desde la parte posterior del palacio. Tras las escalinastas hay fuentes, que producen juegos de agua, pero que, debido a las temperaturas, estaban cegadas.
Pues finalizado el viaje, toca volver a la rutina, y para ello, nada mejor que una tarta. Ya conté hace unos cuantos posts que mi hermana, en su último viaje a Londres, me trajo como regalo un fantástico libro. Se trata del the hummingbird bakery cookbook, libro que no puedo dejar de recomendar, pues explica sus fantásticas recetas de una manera clara y sencilla.
Por cierto Irmina, en este caso tampoco hay corte de tarta, y es que terminó en un cumpleaños, y no soy tan manitas como para dejarla sin que se note... en fin, ya será en otra ocasión...
No me enrollo más, aquí va la receta.
TARTA HUMMINGBIRD
Ingredientes del bizcocho:
- 300 gr de azúcar.
- 3 huevos.
- 300 ml de aceite de girasol.
- 270 gr de plátanos.
- 1 cucharadita de canela en polvo.
- 300 gr de harina normal.
- 1 cucharadita de bicarbonato.
- 1/2 cucharadita de sal.
- 1 cucharadita de extracto de vainilla.
- 100 gr de piña (de lata).
- 100 gr de nueces.
Ingredinetes del frosting:
- 600 gr de azúcar glas.
- 100 gr de mantequilla sin sal.
- 250 gr de queso crema.
Elaboración:
Precalentamos el horno a 170ºC.
Ponemos el azúcar, los huevos, el aceite, los plátanos pelados y machacados y la canela en la batidora y mezclamos. En mi caso uso el accesorio de pala. Una vez que estén todos los ingredientes bien incorporados, agregamos la harina, el bicarbonato, la sal y la vainilla y batimos nuevamente hasta que esté todo bien incorporado.
Incorporamos la piña troceada y las nueces, también picadas, y mezclamos a mano.
La receta original recomienda cocinar esta mezcla en tres moldes separados, para evitar tener que estar cortando despues el bizcocho. Como soy de natural anarka y antisistema, pues no lo hice, y reconozco mi error. Así que vertemos la mezcla en tres moldes y horneamos unos 20 a 25 minutos o hasta que salga la aguja seca. Dejamos enfriar los bizcochos en el molde un rato, para después pasarlos a la rejilla.
Para hacer el frosting, batimos a velocidad media-baja el azucar glas junto con la mantequilla, que debe estar a temperatura ambiente. En mi caso con la KitchenAid y con el accesorio de pala, pero vamos, que vale cualquier tipo de batidora, de mano o de pie (aunque si es de mano, paciencia). Una vez esté bien mezclado todo, agregamos el queso crema (debe estar frio) de una sola vez y volvemos a batir hasta que esté totalmente incorporado. Subimos la velocidad de la batidora a medio-alto. Debemos batir hasta que esté ligero y esponjoso, como mínimo 5 minutos. Es importante no pasarse batiendo.
Una vez esten frios los bizcochos, comienza el montaje de la tarta. Sobre la base colocamos 1/4 de la crema de queso y extendemos con una paleta o un cuchillo. Ponemos encima el segundo piso, y repetimos la operación con 1/4 del frosting. Finalmente colocamos el último de los pisos y repartimos el resto de la crema de queso por encima de la tarta y en los bordes. Para decorar, colocamos unas nueces en los bordes y espolvoreamos un poco de canela.
Fuente: Receta extraida del libro the hummingbird bakery cookbook, que como ya he dicho, es absoluta y totalmente recomendable, un IMPRESCINDIBLE de tu biblioteca.
Veredicto: Una tarta deliciosa. La próxima vez haré caso al Sr. Hummingbird y lo haré en moldes, y no solo en uno... que cabreo mas gordo cortando la tarta...